Cesc (Ciegos en castellano).
En toda el área lingüística, la forma generalmente usada es la de “cego” que, considerada castellanismo, va siendo sustituida por la de “cec”.
Desde los primeros tiempos de la reconquista los ciegos han tenido diversas dedicaciones que les permitían ganarse la vida, entre las más antiguas está la de hacer música, pedir o recitar en la calle oraciones con el objeto de recabar limosnas de los viandantes , posteriormente se les toleró el ejercicio de otros oficios, cesteros, vendedores de romances, pliegos sueltos y literatura de cordel. Estaban agrupados en la Cofradía de Cegos Oracioners.
Los primeros diarios valencianos fueron vendidos en las calles por los ciegos; el editor Orga cita a un ciego llamado Constantí, tenía la parada de romanços en la Llotja.
Existión una Cofradía de Ciegos en el siglo XIV, en la iglesia parroquial de Santa Cruz.
Los ciegos valencianos, como los demás, se encuentran hoy encuadrados, como ya es sabido, en la Organización Nacional de Ciegos (O.N.C.E.), fundada en 1.931 en Barcelona y reciben ayudas, beneficios, educación, asistencia sanitaria, etc.
Ciego de Valencia (? – Valencia 1.666).
Nombre con el que se conocía a Andrés Pérez, que en 1.639, fue nombrado organista de la Catedral de Valencia, pese a ser seglar y ciego, se conservó una composición suya en el Cancionero de 1.645, titulada “Aquella garza de plata”.
Esta calle recibió anteriormente el nombre de Valeriola.
Fuentes consultadas:
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Archivos autores
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Archivo del Reino de Valencia
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Archivo Histórico Municipal
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Biblioteca valenciana
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Biblioteca Histórica de la Universidad de Valencia
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Archivo de la Diputación provincial de Valencia
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Hemeroteca valenciana
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Wikipedia
Bibliografía
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Las calles de Valencia y pedanías, Rafael Gil Salinas y Carmen Palacios Albandea