Aben Al Abbar (calle)

Aben Al Abbar (calle)

Distrito: Camins al Grau

Barrio: Albors

Aben Al Abbar.

Las calles de Valencia y su historia. Aben Al Abbar (calle)

Abū Abd Allāh Muhammad ibn Al-Abbār o Abdallah ben Abderrahmán Ebn Alabar Alcodai.

De nombre completo Abu-Abd-Al·lah Muhàmmad ibn Abd-Al·lah ibn Àhmad ibn Abi-Bakr al-Qudaí (en àrabeأبو عبد الله محمد بن عبدالله بن اخمد بن أبي بكر القضاعي, Abū ʿAbd Allāh Muḥammad ibn ʿAbd Allāh ibn Aḥmad ibn Abī-Bakr al-Quḍāʿī).

Nació en Valencia, al-Ándalus, 1.199 – Túnez, 6 de enero de 1.260) fue un poeta, historiador, diplomático, político y erudito valenciano de al-Ándalus, de la época árabe.

Ejerció el cargo de catib o secretario general de Sid Abú Zaid.

Desempeñó varias misiones diplomáticas, entre ellas, un viaje a Túnez para pedir ayuda a Abú Zakariya ben Abú Hafc, porque estaban atacando Valencia las huestes del rey Jaime I.

Al ser derrotados los musulmanes en 1.238 en Valencia, marchó a Túnez, donde el soberano le colocó en palacio como escribiente.

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Fue un gran poeta, entre cuyos escritos líricos se destacan “Cita nocturna” y “En demanda de socorro”.

De sus cuarenta y cinco obras en prosa destacan: “La capa o tinta recamada de oro”, Colección de biografías; Tecmila o complemento (ambas en la Biblioteca Nacional  y en la Colección Asiática de Paris), “Restitución de la gracia de los catibs o secretarios”, “Utilidad del mensaje”, “Fulgor del relámpago sobre los literatos de Oriente”, etc.

En 1.294, Al Monstansar lo nombró su Visir, pero cayó en desgracia, fue encarcelado y coincidiendo con una conspiración en palacio fue ajusticiado y quemadas sus obras.

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Biografía

Muhammad ibn al-Abbar (Aben Al Abbar) era originario de una influyente familia yemenita establecida desde antiguo en Onda, ciudad de la Taifa de Valencia.

Nació en el año 1.199. Al Abbar es el apodo de un antepasado, quizás indicativo de ese oficio, fabricante de agujas.

Su padre, Abd-Allah ibn al-Abbar era un ulema (Doctor en las disciplinas religiosas y jurídicas musulmanas) que se trasladó a Valencia para completar sus conocimientos.

Ibn al-Abbar (Aben Al Abbar) recibió la mejor educación de su padre, y tuvo de maestros algunos de los más importantes intelectuales andalusíes, como Abu-al-Khattab ibn Wayid al-Qays o Abu-r-Rabi Sulayman ibn Musa ibn Salim al -Kalaí.

Fue ulema (Doctor en las disciplinas religiosas y jurídicas musulmanas), historiador de la vida intelectual de al-Andalus, literato, poeta y prosista, y así se le abrieron las puertas de la administración.

Comienza trabajando como secretario del gobernador de Valencia Abu Abd Allah Muhammad, y cuando éste se traslada el 1.217 a Sevilla, Ibn al-Abbar (Aben Al Abbar) la acompaña.

El 1.222, estando en Badajoz, supo de la muerte de su padre, y volvió rápidamente a Valencia, donde quedó bajo la tutela de su maestro, Abu-r-Rabi ibn Salim.

Entró en esa época a trabajar de secretario del gobernador Abū Zayd al tiempo se casó con una mujer de la familia de Ibn al-Wazir, originaria de Paterna.

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El año 1.229, Zayyan ibn Mardanish en revuelta contra los almohades. Abú Zayd tuvo que huir, con su secretario Ibn al-Abbar (Aben Al Abbar), a tierras cristianas y ponerse bajo la protección de Jaime I y mediante el convenio de Calatayud obtener ayuda para recuperar Valencia.

Pronto, el mismo año, Ibn al-Abbar (Aben Al Abbar) vuelve a tierras andalusíes, primero a Guadix, y más tarde a Xàtiva, donde vivirá a la sombra del gobernador, su amigo Abu-l-Husayn al-Khazraj.

El 1.235 se encontraba como catib de Dénia (Taifa de Denia “Dàniyya”), ahora reconciliado con Zayyan, que en la época almohade había sido alcaide de Onda, de donde era la familia de Ibn al-Abbar (Aben Al Abbar), y Zayyan, el 1.236, lo llama su visir.

Durante su vida en Valencia fue un destacado poeta y brilló profesionalmente en la secretaría de los gobernadores de Valencia, hasta que, sitiada la ciudad por Jaime I, fue enviado a Túnez a pedir socorro al emir de los hafsíes, Abu Zakariya, ante quien recitó una qasida famosa:

[…]Abierto está el camino. A tus guerreros guía,

¡oh de los oprimidos constante valedor!

Auxilio te demanda la bella Andalucía;

la libertad espera de tu heroico valor[…]

Abū Abd Allāh Muhammad ibn Al-Abbār

(traducción al castellano de Juan Valera)

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Dicho emir decidió enviar ayuda: doce naves con armas y dinero, pero ningún soldado.

Cuando está llegó a Valencia encontraron el puerto bloqueado y tuvieron que desviarse a Dénia.

La ciudad se rindió a Jaime I poco después. Zayyan el eligió mediador en las negociaciones y el 29 de septiembre de 1.238 firmaron el acta de capitulación.

De Valencia fue hacia Denia, desde donde volvió a ser expulsado más tarde, ante el avance cristiano.

Después de un nuevo viaje a Túnez en 1.239 para volver a pedir ayuda por lo que queda de su país, Ibn al-Abbar (Aben Al Abbar) volvió con Zayyan el año 1.240 a Murcia, pero poco después emigró de nuevo con su familia en Túnez, donde permanecerá el resto de su vida, recordando la patria perdida.

El emir acogió Ibn al-Abbar (Aben Al Abbar) de manera excelente, haciéndolo su panegirista y el escribano de los documentos oficiales.

Pero al ser sustituido en esta última función por un escribano oriental protestó, y el emir lo desterró a Bujía en 1.248.

En esta ciudad redactó una disculpa, el libro llamado “El perdón de los secretarios”, en cuya introducción pidió al emir y a su heredero que le perdonaran.

Fue perdonado por Abu-Zakariyya, que murió poco después.

Su hijo y sucesor al-Mustansir, que con el tiempo se convirtió en un monarca cruel por cuanto tuvo que sofocar constantes revueltas para consolidar el reino, nombró Ibn al-Abbar (Aben Al Abbar) su consejero.

El año 1.252, al-Mustansir el destierra de nuevo a Bujía como hiciera su padre antes. El 1.259 Ibn al-Abbar (Aben Al Abbar) recibió una carta de perdón, pero un año más tarde sus enemigos trama contra él un complot, que desembocó en su condena a muerte.

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Se desconoce la causa exacta de su ejecución, pero se barajan varias: que había hecho un horóscopo al príncipe heredero que había desagradado a su padre, que se le acusaba de practicar la astrología y de ser chií, que había hablado o escrito mal de su emir o que estaba implicado en una gran conspiración.

El resultado es que el califa mandó hacer un registro de su casa a sus peores enemigos, que encontraron allí un verso en el que insultaba así al-Mustansir: “En Túnez reina un tirano a quien neciamente dicen califa”. Ibn al-Abbar (Aben Al Abbar) murió alanceando el 6 de enero de 1.260, y su cadáver y sus libros fueron quemados.

Según datos municipales, antes fue conocida como sexta travesía de la avenida del Puerto.

El rótulo actual, Aben Al Abbar (calle), fue autorizado por acuerdo municipal de febrero de 1.911

NOTA

Las calles de Valencia y su historia. Aben Al Abbar (calle)

Conforme a lo dispuesto por el Excmo. Ayuntamiento en materia de rótulos, se han expresado éstos en lengua valenciana, salvo los de procedencia netamente castellana, los de personajes que han solicitado sus descendientes o instituciones relacionadas con los mismos el respeto a la expresión castellana o los de dudosa traducción.

 

Fuentes consultadas:

  • Archivos autores

  • Archivo del Reino de Valencia

  • Archivo Histórico Municipal

  • Biblioteca valenciana

  • Biblioteca Histórica de la Universidad de Valencia

  • Archivo de la Diputación provincial de Valencia

  • Hemeroteca valenciana

  • Wikipedia

Bibliografía

  • Las calles de Valencia y pedanías, Rafael Gil Salinas y Carmen Palacios Albandea.

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