Monforte (calle)
Distrito: El Pla del Real
Barrio: Exposició
Parece ser que esta calle está dedicada a Monforte del Cid (Vinalopó medio).
Municipio de la provincia de Alicante, partido de Elda, situado en la ribera izquierda del rio Vinalopó. Limitando con Petrel, Agost, Alicante, Novelda y Aspe.
Población de origen musulmán, incluida por Alfonso X en el término de Alacant; en esta época se llamaba Nompot, cambiando a Monfort, posiblemene por la existencia del castillo o fortaleza de dicho apelativo, a finales del siglo XVII se castellanizó el nombre, Monforte, y en el siglo XX, se le añade el término del Cid.
Jaime I ayudó a rey de Castilla, su yerno, a reconquistar este territorio del levantamiento del reino de Murcia; Jaime II lo incorporó a la corona valenciana en 1.296; en 1.490 los Reyes Católicos le conceden la carta puebla y fuero de Alacant; convivieron cristianos y moriscos hasta la expulsión de estos últimos; Felipe V le concedió el título de villa en 1.706 por su apoyo a la Guerra de Sucesión; su población ha sido siempre importante, incrementándose desde 1.950, cuya economía depende en general de la producción de uva de mesa.
Castillo de Nompot o Monfort, se conocen datos históricos referentes a sus alcaldes y estado de conservación del mismo desde 1.296; en 1.310 los vecinos de la aldea toman custodia y reciben exenciones de impuestos por el mismo y para su reconstrucción.
Nompot, nombre original de Monforte del Cid, cuenta con la distinción monárquica del orlado Toisón de Oro, siendo una concesión del rey Felipe V en el año 1.706, junto con el título de «Villa Real, Leal y Fiel».
Un poco de historia
En el siglo XIII, la localidad recibía el nombre de Nompot (como consta en los fueros de la ciudad de Alicante). El 28 de diciembre de 1.328 el rey Alfonso «El Benigno» cedió la aldea de Nompot como parte de una serie de aldeas y villas en herencia a su otro hijo, el infante «Fernando de la Cerda». En un libro de cuentas de Don Fernando de 1.355 ya se cita la localidad con el nombre de Monfort (montaña fortificada).
Tras el conflicto de «Los dos Pedros» entre Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón, Monfort intentó segregarse de la Corona de Aragón para pasarse a la de Castilla. En castigo, Pedro IV la degradó de nuevo a «aldea», le devolvió el topónimo de «Nompot» y promulgó una ley por la que la citada población permanecería «im perpetuom» a la, por entonces, Villa de Alicante. Aproximadamente un lustro después vuelve a recuperar el nombre de Monfort.
En el siglo XVIII con la llegada de los Borbones, el castellano se convierte en la lengua oficial, por lo que Monfort pasa a ser Monforte, mientras que en 1.916, la Presidencia del Consejo de Ministros, según Real Decreto de 27 de junio de 1916, aprueba la denominación de Monforte de la Rambla. Pero ese mismo año, en una reunión celebrada en el ayuntamiento a petición de la mayoría de la población (que no les gustaba ese nombre) se solicitó formalmente el cambio de denominación por la del actual Monforte del Cid, que añade el topónimo de origen árabe de la Sierra del Cid, muy cerca del municipio, siendo aprobada la solicitud mediante el Real Decreto de 4 de diciembre de 1.916.
Época ibérica
Los primeros pobladores del valle del Vinalopó (con pruebas fehacientes) fueron los íberos, asentados desde el sur del Languedoc-Rosellón hasta Alicante. Los íberos vivían en poblados que construían en zonas elevadas, generalmente amurallados para su defensa. La mayoría de las viviendas eran pequeñas, rectangulares y solo disponían de una habitación, aunque las había de dos plantas en las ciudades. En el término municipal se han hallado varios Toros íberos, en un paraje cercano al río Vinalopó de extraordinaria importancia, que demuestran la existencia de un templo (o Cementerio Sagrado). La cercanía a las importantes ciudades de Elche (Dama de Elche) o Alcoy (iberos contestanos) vienen a corroborar estos orígenes, posiblemente desde el Neolítico.
La herencia: Su calzado consistía en alpargatas con suelas de esparto, que se ataba a la pierna; en invierno, cubrían pies y piernas con botas de piel y pelo de animal. Posiblemente, de época íbera provienen adornos como la mantilla y la peineta, con la que se solían cubrir la cabeza y el cuerpo; y los moños que hoy se pueden ver en partes de Valencia; un posible ejemplo de ello sería la Dama de Elche. Otra de las prendas era una tela que utilizaban los guerreros para recogerse el pelo a modo de diadema.
Época romana
Los vestigios romanos encontrados en Monforte del Cid son varios y destacan los yacimientos de La Agualeja, una pequeña ciudad romana situada muy cerca del casco urbano de la población, en las proximidades del río Vinalopó. Además de demostrar la etapa romana de la población, los importantes descubrimientos efectuados en La Agualeja (acequias de conducción de agua de entre los siglos I y II d. C.) dan al traste con la teoría de que la técnica de construcción de las canalizaciones de regadío fueron introducidas en esta zona por los árabes. Además, una lápida romana, junto a otras similares encontradas en La Mola (Novelda) demuestran claramente el pasado latino de Monforte. Algunos de estos hallazgos se pueden contemplar en el Museo Arqueológico Municipal de Monforte del Cid.
Época visigoda
Teodomiro (Tudomir) duque visigodo del siglo VIII es el Gobernador de la Provincia Cartaginense. Tras la conquista musulmana de la península ibérica, y merced a un famoso y documentado Tratado firmado con Abd al-Aziz ibn Musa en abril de 713, gobernó un territorio cristiano visigodo autónomo dentro de Al-Ándalus, denominado Reino de Tudmir, territorio que abarca aproximadamente en la actualidad la provincia de Alicante y la Región de Murcia. La gran posición estratégica del Monte del Castillo (actual Iglesia de Ntra. Señora de las Nieves) que se encuentra en el centro de los municipios de Elche, Aspe, Elda, Novelda, Agost (y a pocos minutos del mar, por el río) pudo favorecer que Monforte fuese plaza fuerte y se especula con la posibilidad de que precisamente en esa época se construyeron los largos túneles secretos (descubiertos en la década de los 70) que comunicaban el castillo con el exterior.
Época islámica
Al igual que la vecina Al-Laqant (Alicante) entre el 718 y 1.248 la ciudad integraba Al-Ándalus. Tras el desmembramiento del Califato de Córdoba pasó a formar parte de las Taifas de Denia y Murcia. De este legado nos quedan las principales canalizaciones de riego (presa «El Azud», por ejemplo) y barrios tan emblemáticos como «La Morería», (con sus calles estrechas, más parecidos a los «zocos» marroquíes que a las calles castellanas) En el período de estabilidad árabe, la agricultura progresó notablemente debido a las nuevas formas y productos de cultivo importados.
De esta etapa, queda el Arco de la Morería (en la confluencia de las calles San Pascual con Juan de la Torre), que dividía en el siglo XIV la zona cristiana de la musulmana.
Reconquista y Época Cristiana
En el año 1.243, el gobernante de la Taifa de Murcia, Muhámad ben Hud, firmó el Pacto de Alcaraz con el infante Alfonso, que después se convertiría en el rey Alfonso X el Sabio, por el cual el reino musulmán murciano se ponía bajo protectorado castellano.
El Tratado de Elche: los territorios asignados al Reino de Valencia tras la Sentencia Arbitral de Torrellas y el Tratado de Elche confirmaron definitivamente a Monforte dentro de la Corona Aragonesa
La conquista militar se finalizó en diciembre de 1.248 con las tropas del rey castellano, comandadas por su hijo el infante Alfonso, futuro Alfonso X el Sabio. Por el Tratado de Almizra firmado en 1.244 entre los reyes de Castilla y de Aragón, en el que se fijaron los límites de la expansión de sus respectivos dominios en la línea de Biar a Villajoyosa, Monforte del Cid (junto a Alicante) permaneció bajo soberanía castellana por un espacio de 48 años.
En agosto de 1.252 Alfonso X otorgó a la ciudad de Alicante el Fuero Real, muy parecido al de Córdoba. Dotó a la villa de un concejo fuerte, de numerosas exenciones fiscales y de un amplio término municipal, que abarcaba los municipios actuales de Agost, Monforte del Cid, Aspe, Novelda, Elda, Petrel, Busot, Aguas de Busot, Campello, Muchamiel, San Juan de Alicante y San Vicente del Raspeig. Debido a una crisis dinástica por la sucesión de Sancho IV el Bravo, el infante Fernando de la Cerda, Señor de Novelda, Villena, Biar, Monforte, etc. y aspirante ilegítimo a la Corona de Castilla, pidió ayuda a Jaime II de Aragón a cambio de donarle, en caso de conseguir la Corona, el Reino de Murcia, según los acuerdos secretos de Calatayud (1.289), Ariza (enero 1.296) y Serón (febrero 1.296). Aprovechando la situación, el monarca aragonés procedió a su conquista.
Documento por el que el rey Juan II de Aragón aprueba los capítulos de población para los musulmanes que se han instalado en la nueva morería de Monforte..
Alicante fue tomada en abril de 1.296, terminando con la soberanía castellana en la provincia. Aun así, Jaime II respetó los privilegios e instituciones anteriores aunque adaptándolas a la nueva situación política, particularmente después de la incorporación de Alicante, y el resto de comarcas limítrofes al Reino de Valencia mediante la modificación de lo fijado en el Tratado de Almizra (Sentencia Arbitral de Torrellas, 1.304 (Torrellano) y Tratado de Elche, 1.305). Jaime II donó Elche, Aspe, Crevillent y posiblemente Monforte a su quinto hijo, el Infante Ramón Berenguer, que se estableció en Elche. Más tarde Pedro IV de Aragón el Ceremonioso, anexionaría Monforte «in Perpetuom» a la Ciudad de Alicante, bajo el control directo de la Casa Real de Aragón.
Hasta la expulsión de los moriscos (1.609), mantuvo una población mixta de cristianos y musulmanes. Durante la guerra de Sucesión, Monforte se mantuvo fiel al bando borbónico; en agradecimiento, Felipe V de España le concedió el Toisón de Oro y el título de Noble Villa con jurisdicción propia en el año 1.706. Los límites definitivos entre Monforte y Alicante se fijarían en el 1.775. La villa experimentó un extraordinario crecimiento demográfico durante el siglo XVIII alcanzando, según el geógrafo Cavanilles, con 820 casas en el 1.794 (unos 3.300 habitantes).
Fuentes consultadas:
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Archivos autores
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Archivo del Reino de Valencia
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Archivo Histórico Municipal
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Biblioteca valenciana
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Biblioteca Histórica de la Universidad de Valencia
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Hemeroteca valenciana
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Wikipedia
Bibliografía
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Las calles de Valencia y pedanías, Rafael Gil Salinas y Carmen Palacios Albandea