Baeza (calle)

Baeza (calle)

Distrito: Rascanya

Barrio: Els Orriols

Baeza

Municipio de la provincia de Jaén, la ciudad capital del municipio que lleva su nombre y cabeza del partido judicial homónimo.

Se encuentra en el mismo centro geográfico de la provincia de Jaén (en el noreste de la Comunidad Autónoma de Andalucía) enclavada en la comarca de La Loma de la que se considera su capital occidental.

Las calles de Valencia y su historia. Baeza (calle)

Superficie: 194,3 km²

Población: 15.841 habitantes (según el censo del I.N.E. de 2.019)

Densidad de Población: 82,33 hab./km²

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Las calles de Valencia y su historia. Baeza (calle)

La calle Baeza comienza en la calle Reig Genovés, 5 y finaliza en la calle Agustín Lara, 6.

En la actualidad es conocida por su ingente producción olivarera, su abundante legado monumental (habiendo sido declarada en 2.003, junto a Úbeda, ciudad Patrimonio de la Humanidad por la Unesco), y por ser sede universitaria desde el siglo XVI, albergando hoy día una de las sedes de la Universidad Internacional de Andalucía.

Denominada «Nido Real de Gavilanes» por el romancero, fue un punto clave en la conquista de al-Ándalus por los reyes cristianos; pasando definitivamente al reino de Castilla en 1.227.

Atalaya sobre el Guadalquivir, la posesión de su alcázar (considerado como inexpugnable) aseguró la retaguardia castellana, a la vez que supuso una amenaza constante para los reinos islámicos situados al oeste y al sur del Guadalquivir; una amenaza que se hizo efectiva durante los más de dos siglos de lucha fronteriza que separaron la incorporación de Baeza al reino de Castilla y la caída del reino nazarí de Granada (1.492).

Durante el período de gran crecimiento demográfico y económico que supuso la mayor parte del siglo XVI, y aún en parte del XVII, Baeza construyó sus edificios públicos y administrativos con alto sentido de capitalidad y con la más alta dignidad, conformando así, junto con las construcciones eclesiásticas, un tejido urbano caracterizado por una monumentalidad que ha dado a la ciudad un encanto especial a los ojos del visitante.

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Situación

Se encuentra a unos 48 km al noreste de la capital provincial, y limita por el este con el municipio de Úbeda, con el que comparte la capitalidad de la histórica Comarca de La Loma.

En la escalera monumental del edificio plateresco del Ayuntamiento (en su primer escalón) está marcado un círculo que históricamente señala este punto como el centro geográfico del Reino de Jaén, el kilómetro cero provincial.

De hecho, no fue hasta finales del siglo XVI cuando la ciudad de Jaén tomó el relevo a Baeza, en todos los ámbitos, como cabeza del Santo Reino que devino en la actual provincia.

La ciudad, que en la Reconquista encabezó el actual territorio que ocupa hoy la provincia de Jaén, actualmente sigue siendo en cierto modo el alma histórica de esta provincia, y resume la esencia de lo jiennense.

Baeza limita al Noroeste con Ibros; al Norte con Ibros y Rus; al Noreste con Úbeda; al Este con Úbeda; al Sureste con Jódar; al Sur con Jimena, Bedmar y Garcíez; al Suroeste con Mancha Real y Jimena y al Oeste con Begíjar.

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Historia

Prehistoria

Se puede hablar de una «prehistoria» relevante en Baeza por los muchos yacimientos arqueológicos que hay catalogados; aunque hasta la Edad del Cobre, a mediados del III Milenio a.C., no aparecen según los muestreos ciertos grupos humanos de entidad significativa, es cierto que del V Milenio a.C. hay datos de existencia en la zona de grupos epipaleolíticos en lo que respecta a sus hábitos de vida, caracterizados por una supervivencia de cazadores y recolectores.

Mil años después acudirán comunidades de más al sur, concretamente de las cuevas y abrigos de Sierra Mágina; se trata de grupos que traen consigo formas neolíticas basadas en la actividad agraria y en ciertos avances técnicos como el pulimento de la piedra y la cerámica.

Todo ello ha sido documentado en yacimientos como el de Los Horneros, Los Morales y Toya.

En la Edad del Cobre aparecen poblados de cabañas, algunos amurallados, mirando al Guadalquivir, donde las tierras eran más fértiles.

Se trata ya de una economía ciertamente diversificada: agricultura, aprovechamientos forestales, ganadería, pesca y caza, con utensilios y herramientas de muchos tipos.

En la Edad del Bronce aparecen nuevos poblados; las actividades siguen siendo prácticamente las mismas y a través de los ajuares funerarios se percibe cierta estratificación social.

En el Cerro del Alcázar, al sur de la ciudad, existió una de estas ciudades íberas durante al menos trescientos años; estaba amurallada y con cabañas intramuros bajo las cuales se llevaban a cabo enterramientos; en dicho cerro se ubicaron sucesivos poblados íberos a partir del siglo IV a. C.

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Historia antigua

Las distintas fuentes clásicas, ya sean escritas o epigráficas, mencionan a la Vivatia, cuya relación con dicha cultura se remonta a la época del Imperio, allá por el siglo I a.C.

Fue adscrita primero a la Hispania Citerior, pagando tributos pero con leyes propias.

En el siglo I de nuestra era se incluyó en el Conventus Carthaginensis (Provincia Tarraconense) cuya administración y economía estaban regidas por Cartago Nova y la vecina ciudad capital de Cástulo.

Décadas más tarde Vespasiano le otorgaría la categoría de Municipio Flavio, lo que le confería superior rango administrativo sobre las «villae» de la comarca.

Es una época en la que Vivatia juega un papel fundamental en las vías de comunicación que dan paso a la plata que iba de las minas de Sierra Morena hacia la costa oriental de la península.

En época posterior, al final del imperio romano Biatia o Beatia, recoge el testigo de capitalidad de la provincia que ostentaba Cástulo, al trasladarse aquí la ceca (Casa en la que se acuñaba moneda) y el obispado.

También se verá afectado el territorio con las oleadas de invasiones bárbaras, en el siglo V, aunque una oligarquía hispano-romana mantendrá su pujanza en la comarca hasta que en el siglo VI la presencia y autoridad visigoda se muestre con más fuerza.

La aristocracia goda se funde con la hispano-romana y se hacen con todos los resortes del poder; el campesinado está compuesto en su mayoría por hispano-romanos, la clase social más numerosa, con propietarios libres de tierra, colonos y esclavos, e incluso era ya incipiente un grupo judío dedicado a la empresa y el comercio.

En la Hispania visigoda fue sede episcopal de la iglesia, sufragánea de la Archidiócesis de Toledo que comprendía la antigua provincia romana de Cartaginense en la diócesis de Hispania, de hecho, aún se conservan restos visigodos bajo muchos edificios, como parece el caso del arco embutido en uno de los muros de la iglesia románica de Santa Cruz.

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Edad Media

Vuelven los cambios con la llegada de los musulmanes, a la que llamaron Bayyasa, en el siglo VIII.

El territorio se redistribuye entre hispano-godos, las tribus árabes y los Omeyas; mientras la Iglesia, aunque continúa existiendo, pierde poder económico.

Los muladíes (La palabra muladí puede designar a tres grupos sociales presentes en la península ibérica durante la Edad Media: Población de origen hispanorromano y visigodo que adoptó la religión, la lengua y las costumbres del Islam para disfrutar de los mismos derechos que los musulmanes tras la formación de al-Ándalus) y los mozárabes (es el nombre con el que se conoce a la población cristiana, de origen hispanovisigodo, que vivía en el territorio de Al-Ándalus y que, como los judíos, gozaba del estatus de dhimmis («protegidos») al ser gentes del Libro. El término «mozárabe» no fue empleado por los musulmanes sino por los cristianos de los reinos del norte para designar a los cristianos de Al-Ándalus que emigraban a sus territorios; este nombre indica que los mozárabes habían tomado usos y costumbres de sus dominadores árabes, incluyendo el conocimiento de la lengua árabe) conformaron estructuras sociales no muy distintas a las previamente existentes.

Tras periodos diversos de crisis que conducen a la caída del Califato, llega la época de los reinos de Taifas durante la cual Bayyasa será sometida por unos y otros.

En 1.147 es conquistada por Alfonso VII el Emperador con la supuesta ayuda de San Isidoro de Sevilla que se le aparece en sueños mientras la asediaba.

Para honrar esta toma se creó en la ciudad capital de León la cofradía del Pendón de Baeza.

La ciudad acuñará moneda para el rey leonés bajo el gobierno del gobernador pro-cristiano Abdallaziz.

Diez años después los almohades la reconquistan.

Sin embargo, el 16 de julio de 1.212, las tropas cristianas comandadas por el castellano Alfonso VIII destruirán el Imperio Almohade casi por completo en la Batalla de las Navas de Tolosa.

En unas terceras taifas, Bayyasa se erige en capital de una efímera Taifa de Baeza que comprendía una amplia zona de Jaén y Córdoba.

Su emir Abd Al·lah al-Bayyasi se declaró vasallo de Fernando III, apoyándole en campañas contra otros emires musulmanes.

Al-Bayyasi murió asesinado a traición en Almodóvar del Río y el 30 de noviembre de 1.227; Fernando III, el Santo, toma posesión definitiva de Baeza en nombre del hijo de aquel, Abd al-Mon, aunque finalmente integra la ciudad en el Reino de Castilla.

Los musulmanes expulsados viajan al sur y se establecen en el Albaicín de Granada.

Hasta la reconquista de Jaén en 1.246 Baeza es la capital del efímero Reino de Baeza, después integrado en el nuevo Reino de Jaén.

Igualmente también se traslada la titularidad de la diócesis a la nueva capital del reino.

En este periodo el nombre de la ciudad fue tomado como apellido.

Fernando III dota a Baeza del Fuero Conquense, con la pretensión de atraer a población de territorios cristianos del norte.

Enrique II hace grandes donaciones a sus seguidores en la región y así la oligarquía consolida en ella su poder.

A partir de esta época dos poderosas familias, los Benavides y los Carvajales se enfrentan entre sí en lo que se puede denominar «guerra civil baezana», cuyo fin estuvo determinado por la actuación decisiva de Isabel la Católica, que para prevenir nuevas pugnas mandó demoler el imponente Alcázar de la ciudad, sito en el cerro homónimo.

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Edad Moderna

En los siglos XV y XVI la economía baezana crece merced a la gran producción cerealística, de harinas, maderas, azafranes, sedas, vid y olivo, además del peso de la caballería y la ganadería, lo que se proyecta en una gran industria de paños y curtiduría con el consiguiente comercio de estas manufacturas.

A mediados del XVI la población de Baeza duplica ya la del siglo anterior y su riqueza agrícola, ganadera, industrial y comercial potencia una pequeña nobleza que quiso proyectar su status social tanto a través de la monumentalidad de sus casonas como de los edificios públicos desde los que regía colectivamente la vida de la ciudad; los mismos que hoy dotan de esplendor y encanto a la misma.

No obstante, durante el siglo XVII se produjo una recesión económica paralela a la del resto de España; todo ello motivado por la descabellada política de los sucesores de Felipe II (Felipe III, Felipe IV, Carlos II, etc.), sobre todo en relación al exterior, por las continuas guerras estériles, tan gravosas para la economía y la población.

Sólo decir que de tener excedentes de cereal, se hubo de pasar a la importación de grano, lo que hundió aún más la economía.

Con la llegada del 1.700, el nuevo siglo trae también una nueva dinastía, los Borbones, que dieron otro aire al Estado español.

Para la Baeza agotada, quizá fue ya demasiado tarde y el punto de inflexión marcado por el siglo XVII constituiría a la postre un muro casi insalvable.

La propiedad del agro seguiría en porcentaje altísimo en manos de latifundistas y de la Iglesia, mientras apenas había tierra en manos de pequeños propietarios o arrendatarios.

Muy grave resultó para la ciudad el terremoto de Lisboa, de 1.755, que quebrantó la mayoría de edificios y viviendas.

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Edad contemporánea

La infinidad de avatares políticos de la España del XIX, entre ellos el desastre de gravísimas consecuencias de la ocupación francesa, hicieron que Baeza quedará aún más diezmada demográfica y económicamente; sólo en la segunda mitad del siglo se pudo experimentar una recuperación, pero el posterior desarrollo en otras localidades mineras adyacentes a Sierra Morena fueron aspectos que nuevamente repercutieron negativamente en Baeza.

La tensión política y social se acentúa a principios del siglo XX y el movimiento obrero da lugar al nacimiento de grupos anarco-sindicalistas y socialistas.

Después, la dictadura de Primo de Rivera no resultó demasiado beneficiosa para la ciudad que vio como se frustraba el ferrocarril Baeza-Utiel (definitivamente cancelado en 1.964), y la Reforma Agraria promulgada en 1.932 por la Segunda República no estuvo acorde con las expectativas creadas.

El 3 de julio de 2.003, y tras varios años de intentos, la UNESCO declara finalmente a Baeza (junto a Úbeda) Patrimonio de la Humanidad.

Este acontecimiento profundiza el relanzamiento de la ciudad al incrementar considerablemente el interés del sector turístico.

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Patrimonio monumental

Baeza se asienta sobre un terreno que ha estado continuamente habitado, al menos desde la Edad del Bronce; por esta razón, y a pesar de las sucesivas destrucciones sufridas por las construcciones de todos los períodos, la ciudad aún retiene un destacado patrimonio monumental en las que están representadas diversas culturas, períodos y estilos artísticos.

En Baeza pueden contemplarse restos de la Edad del Bronce, de la Época Romana, y de la Hispania visigoda, islámica y cristiana.

No obstante, el más rico patrimonio monumental conservado corresponde a los diversos estilos artísticos presentes en la Baeza cristiana: desde el tardo-románico y el gótico, al renacentista, manierista, barroco y neoclásico.

Otros monumentos notables de Baeza son:

  • Casa del Pópulo: de estilo plateresco del siglo XVI.

  • Fuentes de los Leones y de Santa María: uno de los más representativos de Baeza, construido por Ginés Martínez en el siglo XVI.

  • Catedral: del siglo XIII, levantada sobre una mezquita y transformada por Andrés de Vandelvira en el siglo XVI, cuya custodia es expuesta en Semana Santa y en la celebración del Corpus.

  • Iglesia de San Andrés: del siglo XVI.

  • Iglesia de San Juan Evangelista

  • Convento de la Encarnacion

  • Palacio gótico de Jabalquinto

  • La Cancillería

  • Antigua Universidad: del siglo XVI, actual instituto donde impartió clases el poeta Antonio Machado

El rótulo actual, Baeza (calle), fue autorizado por decisión municipal agosto 1.968.

NOTA

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Se ha utilizado en esta relación el orden oficial numérico de los distritos municipales, dentro de estos se ha utilizado el orden alfabético de los barrios, y dentro de estos, el orden alfabético de los rótulos.

Conforme a lo dispuesto por el Excmo. Ayuntamiento en materia de rótulos, se han expresado éstos en lengua valenciana, salvo los de procedencia netamente castellana, los de personajes que han solicitado sus descendientes o instituciones relacionadas con los mismos el respeto a la expresión castellana o los de dudosa traducción.

 

Fuentes consultadas:

Bibliografía

  • Las calles de Valencia y pedanías, Rafael Gil Salinas y Carmen Palacios Albandea.

  • Vicente Gascón Pelegrí. Prohombres valencianos en Los últimos cien años, 1.878-1.978. Valencia.

  • Nomenclator de las puertas, calles y plazas de Valencia. Manuel Carboneres. 1.873