Músico Martín Soler (calle)

Músico Martín Soler (calle)

Distrito: Algirós

Barrio: L’Illa Perduda

Las calles de Valencia y su historia. Músico Martín Soler (calle)

La calle Músico Martín Soler comienza en la calle L’Alguer, 1 y finaliza en el Paseo Blasco Ibáñez, 152.

Vicente Martín y Soler, llamado también “Vicente. Il Valenzano”, o “Vincenzo Martini, il Spagnuolo”. (Valencia, 2 de mayo de 1.754 – San Petersburgo, Rusia, 30 de enero o 10 de febrero de 1.806).

Compositor.

Su padre, tenor de la Catedral de Valencia, fue, posiblemente, quien lo inició en los estudios musicales y quien, a la vista de sus aptitudes, consiguió que ingresara como infante de coro en la catedral.

Como era habitual en estos casos, el entonces maestro de capilla Pascual Fuentes sería el encargado de continuar con su preparación musical, al menos, hasta 1.764.

De la música religiosa se pasó a la profana (ballet, bailables y óperas cortas) cuando se marchó a Italia.

Pocas noticias se tienen del compositor durante unos años, de su viaje a Madrid o de otras actividades; debía ser aún muy joven cuando se trasladó a la capital tratando de encontrar mejores oportunidades para desarrollar su carrera de músico.

Ciertamente, el ambiente musical de Madrid era rico en representaciones de zarzuelas y óperas, en especial, en esta segunda mitad del siglo XVIII.

En 1.775, hay ya constancia de su presencia en la capital y con cierta fama, pues se le encargó la composición de una ópera buffa (la ópera bufa es una ópera con un tema cómico. Se desarrolló en Nápoles en la primera mitad del siglo XVIII. De allí se difundió hacia Roma y el norte de Italia. Su contraparte estilística es la ópera seria), Il tutore burlato, que se representó en el teatro de La Granja de San Ildefonso.

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Al parecer, el amigo y protector de Martín y Soler durante su estancia en Madrid fue Domenico Guglietti.

Tal vez este cantante italiano lo introdujera en los ambientes teatrales y lo presentara en la Corte, de ahí que contrataran a un compositor novel para realizar una ópera.

Il tutore burlato formó parte del plan de reforma del teatro español organizado por el conde de Aranda, según el cual se debía seguir el modelo del “dramma giocoso” italiano en el teatro lírico.

Esta primera obra de juventud tuvo tal éxito, que, en 1.778, fue traducida al español y convertida en zarzuela con el título de La Madrileña o El tutor burlado.

Estas traducciones y versiones zarzuelísticas eran una práctica habitual en el marco del teatro lírico español desde el año 1.760 hasta 1.780, aproximadamente.

No obstante, cuando se representó en el coliseo de la Cruz por una compañía nacional y con el arreglo musical de un compositor español (probablemente Pablo Esteve), Martín y Soler ya se encontraba en Nápoles.

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Il valenzano” (así se le llamó durante el tiempo en que vivió en Madrid) esperaba abrirse camino fuera de España, pues para un compositor con vocación de crear obras para la escena, Italia era el lugar idóneo adonde dirigirse, y Nápoles, con su tradición operística bien asentada y su rico mundo teatral, reunía las mejores condiciones; pero, además, como se daba la circunstancia del estrecho parentesco entre el rey de Nápoles y su protector real, nada parece más natural que presentarse ante Fernando IV, avalado por la recomendación de su hermano.

Así pues, puede hablarse de tres etapas en la vida de Martín y Soler: la primera, en Italia (en Nápoles, Venecia, Turín y otras ciudades), que se extiende desde 1.777 hasta 1.785; la segunda, de 1.785 a 1.787, en Viena, donde compuso sus óperas más destacadas; y una última etapa en San Petersburgo, donde vivió hasta su muerte.

No obstante, aproximadamente de 1.794 a 1.796, realizó un viaje a Londres, ciudad en la que estrenó dos óperas antes de regresar definitivamente a Rusia.

Martín y Soler vivió, como se ha visto, intensamente, viajando y escribiendo para diferentes teatros del norte de Italia, en especial, para aquellos que tenían una temporada operística bien asentada.

Los numerosos éxitos obtenidos durante estos años han consolidado su carrera como compositor de fama.

Sin embargo, decidió abandonar la península y trasladarse a Viena, sin que se conozcan las verdaderas razones que lo llevaron a tomar esta decisión.

A finales del siglo XVIII, Viena era una ciudad cosmopolita que se enorgullecía de tener características propias.

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Durante los dos años de permanencia en esta ciudad, Martín y Soler coincidió con Mozart, compartiendo público y libretista, pero con desigual fortuna.

Mientras que en el Burgtheater el público vienés aplaudía noche tras noche la ópera del español, Mozart tuvo un éxito moderado con Le nozze di Figaro, de Da Ponte también, estrenada en mayo de 1.786.

Sin embargo, pese a sus triunfos artísticos en Viena (no hay que olvidar que éste fue el período más importante de su carrera), Martín y Soler aceptó el cargo de maestro “au service de Sa Majesté Impériale Catalina II la Grande”, dando comienzo así a una nueva etapa de su vida.

Al parecer, fue a mediados de 1.788 cuando viajó a Rusia y, en principio, con este contrato obtenía mejoras económicas.

La presencia de músicos extranjeros, en especial italianos, era habitual en la Corte rusa, donde generalmente ocupaban el cargo de director de la Compañía Imperial de Ópera Italiana.

La Corte de los zares se había esforzado por participar del gusto y el prestigio de la ópera extranjera, francesa e italiana, con el objetivo de incorporar a su país a la cultura europea.

El compositor valenciano venía precedido por su fama, que había superado todas las fronteras, pero, además, por el indudable éxito que sus óperas Una cosa rara y L’arbore di Diana habían logrado en el teatro del Ermitage de San Petersburgo, puestas en escena poco tiempo después de su llegada.

Tras la muerte de Catalina II, el zar Pablo I lo nombró consejero real e inspector de los teatros imperiales, de ahí que, en un principio, mantuviera su prestigio y consideración en la Corte.

Es más, su última ópera, La festa del villaggio, estrenada en el teatro del Ermitage, en 1.798, fue un encargo del Zar.

Sin embargo, a partir de este momento, sólo puede hablarse de la pérdida de su posición a causa del desinterés del zar Alejandro I por la ópera italiana, y de un lento declinar de su capacidad creativa.

Para sobrevivir debió dar clases de Canto, hasta que, en 1.806, murió en San Petersburgo, la ciudad que había visto representar algunas de sus óperas más famosas y donde habría de pasar los últimos años de su vida.

Anteriormente se llamó calle en Proyecto.

El rótulo actual, Músico Martín Soler (calle), fue autorizado por decisión municipal en junio de 1.960.

NOTA

Las calles de Valencia y su historia. Músico Martín Soler (calle)

Se ha utilizado en esta relación el orden oficial numérico de los distritos municipales, dentro de estos se ha utilizado el orden alfabético de los barrios, y dentro de estos, el orden alfabético de los rótulos.

Conforme a lo dispuesto por el Excmo. Ayuntamiento en materia de rótulos, se han expresado éstos en lengua valenciana, salvo los de procedencia netamente castellana, los de personajes que han solicitado sus descendientes o instituciones relacionadas con los mismos el respeto a la expresión castellana o los de dudosa traducción.

 

Fuentes consultadas:

Otras Fuentes

Bibliografía

  • Las calles de Valencia y pedanías, Rafael Gil Salinas y Carmen Palacios Albandea.

  • Vicente Gascón Pelegrí. Prohombres valencianos en Los últimos cien años, 1.878-1.978. Valencia.

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