Camarón (calle)

Camarón (calle)

Distrito: Ciutat Vella

Barrio: El Pilar

La calle Camarón comienza en la plaza Bocha, 1 y finaliza en la Guillem de Castro, 62.

Las calles de Valencia y su historia. Camarón (calle)

José Camarón y Bonanat (Segorbe, Castellón, 18 de mayo de 1.731 – Valencia, 14 de julio de 1.803).

Pintor y dibujante.

Hijo de familia de artistas, su padre, Nicolás, trabajó como escultor para la catedral de Segorbe y para la iglesia de los jesuitas de la misma ciudad.

Su madre, Damiana, era hermana del miniaturista Eliseo Bonanat.

Casado en 1.758 con Juliana Meliá, tuvo cinco hijos, que también se dedicaron a las artes: José Ventura (Segorbe, 1.759), José Juan (Segorbe, 1.760 – Madrid, 1.819), Manuel (Valencia, 1.763 – Segorbe, 1.806), Rafael (Valencia, 1.772) y Eliseo (Valencia, 1.780).

José Camarón recibió la primera formación humanista de los jesuitas de Segorbe y la artística en el taller de su padre y de su tío mosén Eliseo Bonanat.

De 1.749 a 1.753 se forma en Valencia y en Madrid donde realiza los primeros paisajes y miniaturas.

A la vuelta a Valencia, en 1.754, toma parte en la exposición que lleva a cabo la Academia de Santa Bárbara y es nombrado miembro y profesor de dicha Academia.

La calle de Camarón rinde homenaje a este importante pintor valenciano del siglo XVIII.

Falleció en Julio de 1.803.

Las calles de Valencia y su historia. Camarón (calle)

José Juan Camarón y Meliá (Segorbe, Castellón, 1.760 – Madrid, 1.819).

Pintor, dibujante y grabador calcográfico.

Hijo del pintor José Camarón y Bonanat, con el que en muchas ocasiones se le confunde, y hermano de los también pintores Manuel (1.763 – 1.806), Rafael (1.772 – ?) y Eliseo (1.780 – ?), y padre del pintor Vicente Camarón (1.803 – 1.864).

Desarrolló su aprendizaje en la Academia de San Carlos de Valencia, obteniendo un premio en 1.773 y el premio de pintura de segunda clase en 1.776.

Habiéndose trasladado a Madrid, tomó parte en el concurso de la Academia de San Fernando en 1.778.

Entre 1.779 y 1.785 estuvo pensionado en Roma por la Academia de San Fernando.

En 1.786 es nombrado académico de mérito en la de San Fernando y en la de San Carlos.

En 1.797 alcanzó el cargo de teniente director de pintura de la Academia de San Fernando y en 1.800 es nombrado director de pintura en la Fábrica de Porcelana de El Retiro, llegando a alcanzar en 1.805 el título de pintor de cámara del rey.

De 1.810 a 1.814 reside en Valencia.

En 1.816 es nombrado director honorario de la Real Academia de San Fernando y rector de la nueva escuela de dibujo de la Merced.

Por su formación romana y por haberse establecido pronto en la Corte se le puede adscribir a la corriente pictórica clasicista, como se aprecia, sobre todo, en su obra conservada en Madrid.

Ejecutó para la calcografía real multitud de trabajos de grabado e iluminación.

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Manuel Camarón y Meliá (Segorbe, Castellón, 1.763 – 29 de julio de 1.806).

Pintor.

Hijo de José Camarón y Bonanat y de Juliana Meliá, y hermano de José Juan Camarón y Meliá, se dedicó como su hermano mayor a la pintura.

Su formación comenzó en los talleres de su padre, para ingresar, posteriormente, en la Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, en la que obtuvo el segundo premio de pintura en el Concurso General de 1.780 y el primero en 1.783.

En 1.790 solicitó, sin éxito, el nombramiento como académico de mérito, por su obra “Lot y sus hijas”.

Ocho años más tarde, el 20 de octubre de 1.798, solicitó de nuevo a la Academia la concesión del título de académico de mérito que, finalmente le fue otorgado el 5 de octubre de 1.798, por el retrato de Francisco Javier Aspiroz, presidente de la Academia.

Un año después, el 26 de marzo de 1.799, solicitaba el grado de teniente director en la clase de pintura, vacante por el fallecimiento de Luis Planes y que obtuvo Vicente López.

En 1.800 solicitó a la Academia poder sustituir a su padre, que se había jubilado, para asistir a los estudios y corregir a los discípulos, insistiendo de nuevo en la concesión del título de teniente director.

Finalmente, con motivo de la jubilación paterna y al quedar vacante la plaza por ascenso de Vicente López, el 12 de agosto de 1.801, alcanzó la plaza de teniente director en ejercicio, pero sin sueldo.

Profesionalmente su labor como pintor estuvo vinculada a Valencia y, especialmente, a la figura de su padre, cuyo taller no abandonó hasta su muerte, lo que, como sucede con su hermano, ha complicado enormemente la labor de discernir su participación en ciertas obras.

Realizó numerosas vistas, grabadas por Tomás López Enguídanos para la obra Viaje arquitectónico antiquario de España, de José Ortiz, e impresa en Madrid en 1.807, diferentes láminas de las Vistas del Teatro Romano de Sagunto, y una Vista de la Ciudad de Valencia, conocida a través de una fotografía que se conserva en el Coutauld Institute of Art de la Universidad de Londres.

Entre sus obras más destacadas hallamos los frescos del presbiterio y medallones de la bóveda de la catedral de Segorbe (Castellón) datados entre 1.803 y 1.806, y las pinturas del camarín de la ermita de San Miguel de Liria en Valencia, realizados hacia 1.805, con escenas relacionadas con el arcángel titular.

Muere a temprana edad el 29 de julio de 1.806, dejando sin concluir sus trabajos en el altar mayor de Segorbe, que son retomados por Luis Planes.

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Nicolás Camarón (Huesca, 1.692 – Segorbe, 1.767)

Escultor y arquitecto.

Había ya adquirido gran fama cuando se estableció en Segorbe donde hizo muchas obras de escultura, una de ellas la sillería del coro de la iglesia del seminario de la catedral de Segorbe; hizo también un niño Jesús que se hallaba en el convento de la Corona de Valencia.

A él se debe también la realización del retablo mayor y colaterales.

Trabajó para la Cartuja de Valdecristo, en Xérica, Ontinyent y Valencia.

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Vicente Camarón Torrá (Madrid, 7 de abril de 1.803 – 2 de abril de 1.864).

Pintor y grabador

Perteneciente a la reconocida saga de artistas procedente de Segorbe (Castellón).

Hijo de José Juan Camarón y Meliá, que en esos momentos ya era teniente director de pintura en la Academia de San Fernando y pintor de cámara.

Muy pronto, a los once años, se matricula como alumno en el citado centro, continuando, de este modo, la tradición familiar, muy vinculada siempre a dicha institución.

No parece, sin embargo, que su trayectoria académica fuera especialmente notable, aunque se conservan dos dibujos fechados en 1.817 que ilustran su actividad como alumno tras tres años de estudio.

Estas obras, realizadas como ejercicio de la sala de figuras, denotan a un Camarón hábil en el tratamiento nítido de los contornos y con un aceptable uso de la sanguina a la hora de tratar los apolíneos desnudos masculinos objeto del examen.

Finalizados sus estudios, de sus primeros años como pintor independiente apenas quedan datos destacables, aunque, con el tiempo, sus buenas maneras como dibujante, heredadas de su padre, le servirán para iniciar su carrera como grabador, donde alcanzará notable habilidad.

Así, en 1.825 participa, bajo la dirección de José de Madrazo, en la conocida Colección litográfica de cuadros del rey de España, una de las primeras y mejores producciones del casi recién creado Real Establecimiento Litográfico.

El primer tomo, con ciento noventa y ocho láminas y comentarios descriptivos de Ceán Bermúdez, aparecería en 1.826, aportando Camarón, junto a muestras de grabadores de categoría, como José María Avrial o Juan Antonio López, varias estampas sobre cuadros de Murillo y Alonso Cano, aparte de una vista de nuestra primera pinacoteca, el Real Museo situado en el Paseo del Prado.

A finales de ese mismo año, el 31 de diciembre, Camarón contrae matrimonio con Josefa Reynaldi, de quien tendría un hijo, Fernando.

Demostradas sus especiales aptitudes en esta faceta artística, Camarón, de nuevo a las órdenes de José de Madrazo, se incorpora años después a otra importante edición del ya citado centro litográfico, la Colección de Vistas de los Sitios Reales.

El motivo del volumen era reproducir, con ochenta y ocho láminas, los panoramas de los sitios de Madrid, Aranjuez, El Escorial o La Granja pintados anteriormente por Brambilla para Fernando VII, y dos estampas sobre el entorno del último lugar mencionado llevarán, en 1.832, la firma de Camarón, Vista del estanque grande con el nombre del Mar y Vista de la Fuente de la Fama con el Real Palacio al fondo, obras donde el agua siempre adquiere especial protagonismo.

Tras estas realizaciones editoriales, Camarón reinicia su carrera como pintor con una manifiesta predilección por el paisaje, no tardando en enviar sus bosques y marinas a las muestras periódicamente organizadas por la Academia de San Fernando.

En todo caso, en 1.841 ya figura como socio del Liceo Artístico y Literario de Madrid, entidad fundada en 1.837 y pronto convertida, junto al Ateneo o la Gran Peña, en una de las sociedades culturales más importantes de la capital donde tampoco se olvidaba la labor expositiva, dando cabida tanto a artistas consagrados, como Alenza, Esquivel, Elbo o Villaamil, como a noveles.

Camarón también contribuirá de forma especial al desarrollo de la asociación, tanto como profesor y presidente de la sección de pintura, donde pudo conocer a un jovencísimo Martín Rico que, más tarde, acudirá a su taller para iniciarse como paisajista, o como organizador de exposiciones, resultando muy elogiadas las de 1.845 y 1.846.

En este último evento, donde no faltaría un busto en bronce de Quevedo realizado por su hijo Fernando, muerto prematuramente, Camarón vende siete paisajes al marqués de Santamaría, lo que supuso todo un estímulo para su carrera.

Casi de inmediato recibe, asimismo, el reconocimiento oficial, pues, tras ser nombrado en 1.844 académico de mérito por la de San Fernando, en diciembre de 1.847 es designado pintor de cámara de Isabel II, una de sus máximas aspiraciones, figurando expresamente en su cédula de nombramiento su habilidad como paisajista.

En enero de 1.849 cumplirá otro de sus deseos al obtener en la Academia la plaza de profesor en este género pictórico.

Alcanzado, además, el prestigio entre los coleccionistas de la época, que apreciaban en mucho sus realizaciones, Camarón, ya situado entre los mejores representantes del paisaje romántico español, desarrolla un peculiar estilo que, en determinados aspectos, guarda cierta relación con el de los pintores flamencos u holandeses del siglo XVII.

En sus cuadros de cacerías, como Jauría persiguiendo un jabalí, el tratamiento de las figuras de animales es similar, por ejemplo, al de Joos de Momper, mientras que sus paisajes fluviales parecen sintonizar con los de Jan Both.

Al respecto, en muchas de sus composiciones destaca la presencia lateral de árboles de alto y rugoso tronco muy definidos en sus detalles en relación con otros elementos de la escena, al tiempo que, en el centro, el sinuoso curso de un río se pierde en la lejanía.

De igual forma, los personajes, siempre en la parte inferior del lienzo y de pequeño tamaño, apenas alcanzan especial protagonismo, sólo destinados, como los de su predecesor, a realzar la poderosa naturaleza que les rodea.

Sin embargo, Camarón se muestra muy alejado de los citados maestros en cuanto a la ambientación atmosférica de sus vistas, pues elude los abruptos fondos o la agitada nubosidad que les caracteriza para dar paso a vaporosos celajes, a veces dotados de una sugerente tonalidad dorada, donde los elementos paisajísticos del fondo acaban por diluirse.

Aquí, la huella de Pérez Villaamil y de Elbo, artistas de los que vio no pocas obras en las exposiciones del Liceo, resulta evidente, y la sosegada quietud de la naturaleza en los cuadros del andaluz o su habilidad para conjugar el costumbrismo con el paisaje también están muy presentes en la obra de Camarón.

En este último caso, es significativa la comparación del Paisaje con escena de género, de su mano, con óleos similares de Elbo, como Una venta.

La laboriosa trayectoria artística de Camarón también abarcará la pintura mural, destacando, al respecto, los arabescos y alegorías plasmados en los techos de diversos gabinetes o escritorios del Congreso de los Diputados, tal como los dedicados a sala de lectura o a conferencias de prensa.

Junto a los frescos de estas estancias, decora, en el mismo edificio, la bóveda de la sala de conferencias, cubierta en gran parte por una cristalera, Camarón refleja, en su zona de arranque, diversos recuadros con alegorías de los cuatro continentes, coloristas composiciones acompañadas de solemnes figuras femeninas simbolizando la Religión, la Justicia, la Abundancia y la Ley.

Inaugurado el citado edificio en 1.850, un año después interviene en la bóveda del salón del trono del palacio de Aranjuez, espacio decorado en su zona inferior y en los extremos del propio techo con arabescos, escudos y medallones de Antonio García Suárez, mientras en la escena central Camarón, al temple, representa a la Monarquía española evocada por una corona real sostenida por dos figuras femeninas, posibles alegorías de Venus y la Industria.

En 1.854 y 1.856 opta, sin resultado, a la cátedra de paisaje en la Academia de San Fernando, tarea que ya ejercía en calidad de profesor, para luego participar en la Exposición Nacional de 1.858 con una de sus obras.

No obstante, una de sus tareas fundamentales durante estos años será la de recopilar dibujos de autores de diversas épocas, como un álbum con treinta y cinco trabajos donde no faltan desde maestros del barroco, como Cerezo o Escalante, a firmas como las de su abuelo, José Camarón, y su padre, o las de los González Velázquez, Mengs o Maella, aportando únicamente de su mano un Paisaje con río y personajes, muy similar, por cierto, a algunos óleos de igual argumento realizados por él mismo. Este volumen, de indudable interés, será adquirido por el Estado a través de una casa de subastas a finales de 2.007.

En la misma línea, en 1.864 vende a la Academia otra colección de ochenta dibujos de diversos autores.

Falleció poco después en Madrid el 2 de abril del mismo año, víctima de una hepatitis crónica.

Anteriormente a su rotulación actual, se llamó calle Nueva de la Encarnación por discurrir a espaldas del Convento de Monjas de la Encarnación que tiene su entrada principal en la calle Balmes.

Tiene la curiosidad de que en mitad de su trayecto tiene un entrante sin salida en forma de azucat que tiene la misma denominación.

Por acuerdo municipal de 26 de junio de 1.899, el callejón sin salida de la calle Camarón se anexionó bajo el mismo rótulo.

El rótulo actual, Camarón (calle), fue autorizado por decisión municipal de agosto de 1.877.

NOTA

Las calles de Valencia y su historia. Camarón (calle)

Se ha utilizado en esta relación el orden oficial numérico de los distritos municipales, dentro de estos se ha utilizado el orden alfabético de los barrios, y dentro de estos, el orden alfabético de los rótulos.

Conforme a lo dispuesto por el Excmo. Ayuntamiento en materia de rótulos, se han expresado éstos en lengua valenciana, salvo los de procedencia netamente castellana, los de personajes que han solicitado sus descendientes o instituciones relacionadas con los mismos el respeto a la expresión castellana o los de dudosa traducción.

 

Fuentes consultadas:

Bibliografía

  • Las calles de Valencia y pedanías, Rafael Gil Salinas y Carmen Palacios Albandea.

  • Vicente Gascón Pelegrí. Prohombres valencianos en Los últimos cien años, 1.878-1.978. Valencia.

  • Nomenclator de las puertas, calles y plazas de Valencia. Manuel Carboneres. 1.873