Astúries (calle)

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Distrito: Camins al Grau

Barrio: Cami Fondo

Las calles de Valencia y su historia. Astúries (calle)

Astúries. Principado de Asturias.

Comunidad autónoma española situada en el noroeste de la península ibérica, en el litoral cantábrico.

Limita al oeste con la provincia de Lugo (Galicia), al norte con el mar Cantábrico, al este con Cantabria y al sur con la provincia de León (Castilla y León).

Recibe el nombre de Principado por razones históricas, al ostentar el heredero de la Corona de España el título nobiliario de “príncipe de Asturias”, establecido por Juan I de Castilla en el año 1.388.

Su capital es la ciudad de Oviedo, mientras que Gijón es su ciudad más poblada.

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Superficie: 10.603, 57 km²

Población: 1.034.681 habitantes

Densidad de población: 98,50 hab./km²

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El término Asturias recibe el nombre de sus antiguos pobladores, los astures, primitivos habitantes de las orillas del río Astura (Esla). El nombre de astures englobaba no sólo a los de la Meseta (cismontanos), sino también a los del norte (transmontanos).

Astura tomaría la raíz del celta; stour, que significa “río”. Dicho topónimo aparece en Bretaña, donde Plinio habla del río “Stur”; hoy en día existen tres ríos Stour en Kent, Suffolk y Dorset. En la desembocadura del Elba hay otro río Stör, llamado antiguamente “Sturia”. Asimismo, en el Piamonte se ubicaba la tribu celta de los Esturi y un río Stura. La misma raíz perdura aún hoy en el gaélico y el bretón en las palabras ster y stour con el significado de “río”.

El actual espacio territorial asturiano coincide básicamente con el antiguo territorio de las Asturias de Oviedo, contiguas a las Asturias de Santillana. Con la división territorial de Javier de Burgos en 1.833, la región de las Asturias de Oviedo se convirtió en la provincia de Oviedo, recibiendo una porción del territorio de las Asturias de Santillana (los concejos de Peñamellera Alta, Peñamellera Baja y Ribadedeva), mientras el resto de las mismas se integró en la provincia de Santander, posterior comunidad autónoma de Cantabria.

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Toda la región asturiana está situada en la vertiente norte de la cordillera Cantábrica, en el tramo de mayor anchura  y de alturas más elevadas.

La cordillera desciende en pocos kilómetros de cimas de más de 2.000 metros hasta el nivel del mar.

Junto al litoral se encuentran sierras de baja altura que configuran una costa escarpada y son el flanco norte de una larga depresión central.

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Los picos más altos están en la zona meridional de la región, destacando el Torre Cerredo (2.648 m.), peña Santa (2.596 m.), el Naranco de Bulnes o Pico Urriello (2.519 m.), los Picos de Europa, peña Ubiña (2.417 m.) y la sierra de Rañadoiro al oeste.

Una serie de puertos de montaña sirven de paso entre la región y la submeseta norte, el más transitado y de menor altura es el puerto de Pajares 1.366 m.)

El Principado de Asturias según su Estatuto de Autonomía está considerado como una comunidad histórica en su artículo 1º. Posee una asamblea legislativa llamada Junta General del Principado, en recuerdo de una antigua institución medieval de representación de los concejos ante la Corona. Coincide su territorio en parte además, con la zona nuclear del antiguo Reino de Asturias del año 718 y posee dos idiomas propios: el asturiano o bable, del tronco lingüístico asturleonés, que aun no siendo considerada lengua oficial, tiene un estatus jurídico parecido al de oficialidad y el eonaviego o gallego-asturiano, del tronco lingüístico galaicoportugués, hablado en los concejos del extremo occidental y que goza de un estatus similar.

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El territorio que ocupa la comunidad autónoma del Principado de Asturias coincide en buena parte con el otorgado a los astures, en la división administrativa efectuada por Vespasiano en el año 69, una vez estabilizada la situación que siguió a la conquista romana. Esta división administrativa situaba la frontera de los astures trasmontanos entre los ríos Sella y Navia, en lo que pasaba a denominarse Conventus Asturum, y al mismo tiempo reconocía una especifidad cultural.

Asturias estuvo ocupada por grupos humanos desde el Paleolítico Inferior y durante el superior se caracterizó por las pinturas rupestres del oriente de la Comunidad.

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En el Mesolítico se desarrolló una cultura original, el asturiense. A continuación se introdujo la Edad de Bronce, caracterizada por los megalitos y túmulos.

Durante la Edad de Hierro, con raíces en la tradición local del Bronce final atlántico, se desarrollaron un conjunto de comunidades que construían y habitaban en castros. Estas poblaciones evolucionaron localmente durante todo el primer milenio antes de nuestra era, hasta la llegada de los romanos al Noroeste peninsular, que percibieron a dichas poblaciones como parte de una realidad étnica (los astures) que no correspondía con la realidad ya que difícilmente esas comunidades mantenían una conciencia clara de pertenencia a una estructura socio-política más allá de unidades locales, comarcales, estructuradas en unidades territoriales como valles o cuencas fluviales.

La conquista romana sobre los celtas entre los años 29 y 19 a. C. en las Guerras cántabras termina la conquista de Hispania. Durante este período romano destacaron las labores mineras realizadas por el Estado Romano, con el oro del Occidente asturiano como centro del esquema territorial en época alto-imperial. La explotación minera de las riquezas auríferas decayó en los siglos II-III d. C. en favor de las minas romanas de la región de la Dacia, conquistada para el Imperio entonces (agotamiento total de minas, como Las Médulas en lo que era el sur de Asturias).

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El otro esquema complementario de estos momentos eran las explotaciones agropecuarias, villas romanas como las de Veranes (Gijón) o Memorana (Lena), además del surgimiento de núcleos fortificados como Gegionem (Gijón).

Tras varios siglos sin presencia extranjera, tras una pobre romanización, los visigodos intentaron ejercer control sobre el territorio durante el siglo VI sin resultado, que terminó a principios del siglo VIII con la invasión musulmana. El territorio, como había sucedido con Roma y Toledo, no fue fácil de someter, estableciéndose en 722 una independencia de facto como Reino de Asturias tras la victoria de Pelayo en la batalla de Covadonga, donde Pelayo noble de origen visigodo, acaudillando a los insumisos pobladores del norte de la península ibérica, venció a los musulmanes. A su muerte le en el 737 le sucedió su hijo Favila (Fáfila), que murió dos años después.

Alfonso I (737 – 757) fue el verdadero fundador del reino astur.

Consiguió la unión de cántabros y astures y amplió las fronteras del reino con la incorporación de Galicia.

La relativa despoblación del valle del Duero, situado al sur del reino, favoreció la independencia del territorio, al que acudieron numerosos pobladores mozárabes.

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Los sucesores de Alfonso I, Fruela (757 – 768), Aurelio (768 – 774), Silo (774 – 783), Mauregato (783 – 788) y Vermudo I (788 – 791) se enfrentaron a diversas revueltas internas de los magnates del reino, soportaron las presión de los musulmanes con mayor o menor fortuna y, tuvieron que hacer frente a las tendencias secesionistas de Galicia.

El sucesor de Vermudo I fue Alfonso II el Casto (791 – 842), segundo rey importante de la monarquía asturiana. Convirtió Oviedo en la capital del reino, restauró la tradición visigótica, e invocando el patronazgo del Apóstol Santiago, vinculó Asturias con el resto de la cristiandad.

Después gobernó Ramiro I (842 – 850), que ejerció una importante labor de mecenazgo sobre el arte asturiano.

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Con Ordoño I (850 – 866) el reino consiguió ampliar sus fronteras, repoblándose, incluso León. Su victoria sobre Musa II de Tudela dio origen a la batalla de Clavijo (859), según la cual este triunfo se consiguió gracias a la aparición del Apóstol Santiago.

A la muerte de Ordoño I, optándose, por primera vez, por un sistema hereditario, le sucedió su hijo Alfonso III (866 – 910). Con el nuevo monarca el reino astur logró su máxima expansión y se colonizó el norte de Portugal y la cuenca del Duero. A su muerte sus hijos se dividieron el territorio, hecho que señala el nacimiento del reino de León.

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A partir de entonces el pequeño reducto de nobles godos y astures comenzó a recuperar el territorio perdido ante la invasión musulmana del año 711, incorporó bajo su órbita el territorio que había pasado a ser tierra de nadie desde el río Eo hasta el Duero y creó durante este período un arte propio, el arte prerrománico asturiano que se extendió por sus dominios, hasta el sur de la actual Galicia. En el siglo X el centro de poder se trasladó desde Oviedo a León dando lugar al Reino de León. A partir de entonces el aislamiento propiciado por la Cordillera Cantábrica, el traslado de los centros de decisión del Reino y el movimiento de la frontera con los reinos de taifas de al-Ándalus hace que las referencias históricas sean escasas. Tras la rebelión del hijo de Enrique II de Trastámara, se establece el Principado de Asturias. Si hubo varios intentos de independencia, los más conocidos fueron el conde Gonzalo Peláez o la reina Urraca que aun consiguiendo importantes victorias al final fueron derrotados por las tropas de Castilla.

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En el siglo XVI el territorio alcanzó por primera vez los 100.000 habitantes, número que se duplicó con la llegada del maíz americano en el siglo siguiente.

El 8 de mayo de 1.808, la Junta General del Principado de Asturias declaró la guerra a Francia y se proclamó soberana, creando ejército propio y enviando embajadores al extranjero, siendo el primer organismo oficial de España en dar ese paso. En ese momento se formaron cuerpos militares propios como el Regimiento de Candás y Luanco. El 1 de enero de 1820 el oficial Rafael de Riego, oriundo de Tuña (Tineo), se sublevó en Cádiz proclamando el retorno a la Constitución de 1.812.

A partir de 1.830 comenzó la explotación sistemática del carbón y se inició la revolución industrial en la comunidad especialmente en la zona centro del Principado. Más tarde se establecieron potentes industrias siderúrgicas en La Felguera, Mieres y Gijón en el siglo XIX, y en Avilés en la segunda mitad del XX, además la industria naval desde el XIX.

El 6 de octubre de 1.934 comenzó un alzamiento revolucionario en la cuenca minera provocado por la negativa de los revolucionarios a permitir la entrada de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) en el gobierno, algo que entendían como un avance del fascismo en España. La Revolución de 1.934 tuvo a Asturias por escenario principal, quedando Oviedo asolada en buena parte. Sufrieron graves daños edificios como el de la Universidad que fue atacada por los revolucionarios y en cuya biblioteca se guardaba fondos bibliográficos que no se pudieron recuperar; o el teatro Campoamor, en este caso incendiado por las fuerzas gubernamentales. La Cámara Santa en la Catedral fue dinamitada aunque se salvaron milagrosamente sus joyas.

El 25 de agosto de 1.937 se proclamó en Gijón el Consejo Soberano de Asturias y León presidido por el dirigente sindical y socialista Belarmino Tomás, terminando el conflicto el 20 de octubre de 1.937 con la victoria de las tropas nacionales en el frente norte.

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Tras veinte años de estancamiento económico, se produjo la definitiva industrialización de Asturias en las décadas de los años 60 y 70. Fuertemente afectado por la reconversión industrial de la década de 1.990, el Principado intentó potenciar sus abundantes recursos paisajísticos y naturales con vistas al sector turístico, política que continúa hasta el día de hoy.

A efectos administrativos, el Principado de Asturias está dividido en 78 concejos, figura legalmente equivalente al municipio. La entidad menor que el concejo es la parroquia, que no tiene por qué coincidir necesariamente con la parroquia eclesiástica. Dentro de cada parroquia pueden darse diferentes barrios y aldeas.

El Estatuto de Autonomía también habla de la posibilidad de ordenación de comarcas. Aunque legalmente no se han desarrollado aún, sí existen algunas administraciones comarcales establecidas por varios municipios o concejos para la prestación de los servicios que son competencia municipal, así como para la ordenación, planificación y promoción al exterior de la comarca. Estas son: la comarca de Avilés que comprende los concejos de Avilés, Gozón, Illas, Corvera y Castrillón y la comarca del Nalón que comprende Langreo, San Martín, Laviana, Caso y Sobrescobio.

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Arte

El arte asturiano o prerrománico asturiano es un estilo artístico englobado dentro del prerrománico y que se localiza en la península ibérica adyacente al mar Cantábrico, libre de la ocupación musulmana, entre finales del siglo VIII y comienzos del X en que es absorbido por el arte románico venido de Francia. Aunque es sucesor del estilo visigodo, no puede decirse que el asturiano sea heredero legítimo suyo, pues no conserva sino accidentalmente alguno de sus elementos principales como es el arco en herradura y si bien al principio debió ser una imitación modesta del mencionado arte, muy pronto se manifiesta con nuevos y originales elementos acaso importados de Oriente o de Lombardía que singularmente lo realzan y lo denuncian como precursor del románico.

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Arquitectura

Asturias posee un rico legado artístico del que destaca una arquitectura autóctona prerrománica (Arte asturiano) con monumentos como Santa María del Naranco, Santa Cristina de Lena y San Miguel de Lillo de estilo prerrománico ramirense (debido a Ramiro I) o San Julián de los Prados, conocida como Santullano (Oviedo) de estilo pre-románico alfonsino (debido a Alfonso II el Casto), todos ellos en Oviedo. En el concejo de Villaviciosa existen la iglesia de San Salvador de Valdediós (familiarmente conocida por los asturianos como el “Conventín”) y la iglesia de San Salvador de Priesca.

En el concejo de Cabranes, destaca San Julián de Viñón.

El arte románico está muy presente ya que toda Asturias estaba cruzada por una de las rutas jacobeas, destacando el monasterio de San Pedro de Villanueva (cerca de Cangas de Onís), las iglesias de San Esteban de Aramil (Siero), San Juan de Amandi (Villaviciosa) y Santa María de Junco (Ribadesella).

El gótico no es abundante, aunque existen buenas muestras de este estilo como la Catedral de San Salvador en Oviedo.

Se encuentra más presente el barroco, por medio de la arquitectura palaciega, con ejemplos tan notables como el Palacio de Camposagrado y el de Velarde (este último sede del Museo de Bellas Artes de Asturias). De factura barroca destaca en obra civil pública el puente y portazgo (Olloniego); los miliarios, sillas o canapés presentes a lo largo de la carretera a Madrid y el edificio balneario de Caldas de Priorio (Oviedo).

En 1.985, la Unesco declaró los Monumentos de Oviedo y del Reino de Asturias Patrimonio de la Humanidad. Esta declaración afecta a: la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo y la Basílica de Santullano, modernamente llamada San Julián de los Prados, situadas en Oviedo y de la época de Alfonso II, San Miguel de Lillo, Santa María del Naranco, las dos en la falda del monte Naranco en los alrededores de Oviedo y Santa Cristina de Lena cerca de Pola de Lena, los tres de época de Ramiro I y por último la Foncalada, una fuente pública situada en la calle de Foncalada en pleno casco urbano ovetense y de época de Alfonso III.

En cuanto a la Arquitectura Popular, el hórreo asturiano destaca por su extensión demográfica y por su evolución funcional, teniendo como característica básica su desmontabilidad, pudiendo ser fácilmente trasportado a otra ubicación. La panera es la evolución de este, dándose ejemplos que superan los 100 metros cuadrados de superficie cubierta. La finalidad del hórreo es la de granero y dependencia donde guardar objetos. Con la llegada del cultivo del maíz y de les fabes se los dotó de los pasillos exteriores y barandillas para el “curado” de las cosechas.

En Asturias se encuentra la única obra arquitectónica del arquitecto brasileño y discípulo de Le Corbusier, Oscar Niemeyer, en España (la más grande de Europa): el Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer. Considerado Icono de la Asturias de hoy, este proyecto fue donado al Principado por el arquitecto, Premio Príncipe de Asturias de las Artes, como su forma de participar en el XXV Aniversario de los mencionados premios. En su idea proyectó una plaza abierta, un lugar para la educación, la cultura y la paz. En el proyecto Centro Niemeyer se combinan distintos elementos: educación, exposiciones, conferencias, teatro, música, gastronomía, cine.

En la capital del Principado se erige una de las construcciones más representativas de la arquitectura moderna, el Palacio de Congresos de Oviedo, del arquitecto español especializado en grandes estructuras, Santiago Calatrava, Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1.999.

Especial relevancia tiene en los últimos años la recuperación del patrimonio industrial a través de diversas rutas y museos de temática industrial sobre todo en la zona central del Principado.

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Mitología

En Asturias se han creado leyendas que desde muy antiguo se han hecho populares, llegando hasta el presente las más conocidas:

  • Les Xanes: Son ninfas de cabellos rubios y muy hermosas que viven cerca de las fuentes. Visten túnicas de lino blanco y cautivan con su voz. Son caprichosas, en general temibles, pues atraen a los mozos para ahogarlos en las fuentes de los ríos. No pueden dar de mamar a sus hijos, que se crían desmedrados, y a veces los cambian por los hijos más rollizos de los mortales. Pueden producir malos hechizos. También pueden regalar manejas o estatuas de oro.

  • El Trasgu: Es un personaje pequeño, cojo, con un agujero en la mano izquierda y con un gorro encarnado. Le gusta hacer travesuras. Entra en las casas cambiando. Para que no vuelva se le pide que coja cosas con la mano izquierda (tipo un puñado de arroz o similar) y al no poder porque se le escapa por el agujero que tiene, por vergüenza no vuelve.

  • El Nuberu: Es el genio conductor de la nube y la tormenta y es el equivalente en la mitología asturiana del Zeus griego o el Júpiter Romano, suele representarse como un anciano fornido de larga barba y cabellos blancos cubierto con un manto y sombrero de color gris y una vara en la mano.

  • L’Espumeru: es un pequeño duende, pariente de «los ventolines», que vive en cuevas en las orillas del mar, de las que nunca se aleja porque tiene miedo a las corrientes marinas y que suele vestirse con algas y con otros objetos que encuentra en la playa.

  • La Güestia: Según la mitología asturiana, la Güestia es una sombra alta vestida con una capa larga y negra que vaga de noche por caleyas (caminos) oscuras y pueblos pequeños. Porta un cayao (bastón) con una lámpara y tras ella lleva la llamada «Santa compaña» un conjunto de almas en pena, la última de estas porta otro cayao igual al de la Güestia. Este ser mitológico se dedica a llamar a las puertas de las casas de los pueblos a partir de la media noche, modificando la voz para imitar la de una persona querida por los habitantes de esa casa para que así le abran la puerta y robar las almas de los que allí viven, la única manera de librarse de ella es no abrir la puerta y gritar desde el otro lado «¡Largo!, ¡se de sobra que yes la Güestia!» («¡Largo!, ¡se de sobra que eres la Güestia!»). También se la puede encontrar por los caminos por la noche, donde roba las almas de los viajeros a no ser que estos dibujen un círculo en el suelo y se metan dentro mientras rezan tres Padre Nuestro. También te puedes librar de la güestia si trazas en el suelo un círculo que te rodee y a veces una cruz dentro de un círculo y es muy importante no aceptar nada de lo que la güestia te ofrezca. Las almas robadas pasaban a formar parte de la Santa Compaña, pasando a portar la última alma robada el cayao del final.

  • El Cuélebre: Es una gran serpiente alada (equivalente al mito del dragón) que vive en lo más profundo de las cuevas guardando tesoros.

  • Les Ayalgues: Son hermosas, pero menos que las Xanas. Su belleza es terrena sin nada diabólico. En definitiva, pertenecen al grupo de mujeres encantadas obligadas a vivir en misteriosos palacios llenos de grandes riquezas, guardados por horrorosos cuélebres (enormes culebras con alas) que parecen escapados del amplio catálogo de los reptiles prehistóricos.

  • Las Lavanderas: Son también de la misma familia de los Nuberos. Su físico es desagradable; son viejas de rostro reseco y anguloso, que contrasta extrañamente con una cabellera abundante y blanca, semejante a una desflecada cola de espuma. Los ojos agudos se entornan turbiamente, con mirada huidiza. Voz monótona y herrumbrosa. Viven en las orillas de los ríos o bajo las aguas espumosas. Toda su aparente decrepitud desaparece al agitarse febril y regocijadamente, mezclándose con los remolinos de las aguas en las crecidas.

  • La Guaxa: En algunas zonas de Asturias, se describe como una mujer muy delgada, enjuta y fea que entra por las cerraduras de las puertas para desangrar a los niños o a las mujeres jóvenes que duermen, valiéndose de su único y afilado diente. Sin embargo, en otras se la asocia a un ave nocturna.

  • Las Almas en Pena: Muy frecuentes son estas apariciones que con sus quejumbrosas peticiones de misas o reparación de faltas, etc., aterrorizan a los familiares. Los relatos sobre almas en pena suspendían el ánimo, inevitablemente, en las reuniones invernales al amor del hogar.

  • El Busgoso: Muy frecuente en los bosques que rodean a Siero. Se le puede observar ayudando a los leñadores de la zona o a propios animales del ambiente. Es un ser pacífico. Hombre de aire cansado pero infatigable, alto, de aspecto enjuto, con pequeños ojos hundidos y con barba.

  • El Papón: El Papón es un gigante misterioso que entra en las casas por la noche para devorar a los niños que no quieren dormir. Es gordo, pelirrojo y lleva madreñas. Sus ojos también son de color rojo y su boca es enorme. La gente lo desprecia. Huele mal y nunca se lava. Los únicos animales que le gustan son las ratas con las que convive y a las que alimenta. Devora a sus víctimas sin masticarlas.

NOTA

Las calles de Valencia y su historia. Astúries (calle)

Se ha utilizado en esta relación el orden oficial numérico de los distritos municipales, dentro de estos se ha utilizado el orden alfabético de los barrios, y dentro de estos, el orden alfabético de los rótulos.

Conforme a lo dispuesto por el Excmo. Ayuntamiento en materia de rótulos, se han expresado éstos en lengua valenciana, salvo los de procedencia netamente castellana, los de personajes que han solicitado sus descendientes o instituciones relacionadas con los mismos el respeto a la expresión castellana o los de dudosa traducción.

Fuentes consultadas:

Bibliografía

  • Las calles de Valencia y pedanías, Rafael Gil Salinas y Carmen Palacios Albandea

  • Vicente Gascón Pelegrí. Prohombres valencianos en Los últimos cien años, 1.878-1.978. Valencia.